Se terminó LOST
Bueeeno, como podrán darse cuenta esta no es una pinche primicia ni mucho menos, pero no quería dejar de mencionar que una de las series más chingonas que he visto en los últimos tiempos ha terminado, tras concluir su sexta temporada. Comencé a verla tarde, cuando iban por ahí de la cuarta temporada (creo), pero me puse al corriente rápidamente y experimenté la conocida lostmanía, un trastorno cerebral (transitorio, por fortuna) que te vuelve más idiota conforme pasan las temporadas de LOST, pero que cede un poco cuando dejas de pensar en ello, lo cual no sucede casi nunca, pero al menos te llena el coco de cosas interesantes, digo yo.
Creo que nadie quedó absolutamente satisfecho con el final de LOST. Había tantos posibles desenlaces que elegir uno debió costarle un huevo y las tres cuartas partes del otro a los guionistas, pero no eligieron tan mal, ya que dejaron abiertas muchas posibilidades y no quedó tajantemente delimitado el fin de esta caterva de personajes inolvidables.
Hubo temporadas malas, como la quinta, y otras incomprensibles, como cuando comienzan a suceder todos esos flashbacks, pero aunque me la pasaba haciendo corajes y refunfuñaba semana tras semana, pues ahí estaba, al pie del cañón, vigilando lo que sucedía en la isla, fuera de ella y en el pasado de estos individuos hasta que al final se formó un todo incoherente y con muchas posibles explicaciones.
A diferencia de otras series, donde los misterios van desvelándose con el paso del tiempo, en LOST sucedió todo lo contrario: Cada vez estábamos más putamente enredados en ese sinsentido que fue la serie pero que a mí y a muchos millones nos tuvo pegados a la tele durante tantos años.
Espero que a LOST le den una muerte digna y no traten de resucitarla en el cine como le sucedió a Sex and the City, o como sucederá con Friends.
Que la dejen en el limbo, que es a donde pertenece.
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